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Salmos 91:12, el refugio divino que te protege


Salmos 91:12 – «Te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece en piedra.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una hermosa promesa que encontramos en Salmos 91:12. Esta escritura nos habla del cuidado y la protección que Dios tiene para sus hijos. Es una promesa que nos llena de esperanza y nos recuerda la presencia constante de nuestro Padre celestial en nuestras vidas.

En esta vida, a menudo nos encontramos con obstáculos y dificultades que pueden hacernos tropezar. Las piedras en nuestro camino pueden representar los desafíos y las pruebas que enfrentamos diariamente. Sin embargo, Dios nos asegura que no estamos solos en medio de estas situaciones. Él nos promete que nos llevará en sus manos, asegurándose de que nuestros pies no tropiecen en las piedras.

Imaginen por un momento la imagen de un padre amoroso y atento sosteniendo a su hijo en sus brazos. El padre tiene un agarre firme y seguro, asegurándose de que su hijo esté protegido y no sufra daño alguno. Así es como Dios nos sostiene en sus manos. Él nos cuida y nos protege de todo daño que pueda amenazar nuestras vidas.

Esta promesa de Dios es un recordatorio de su amor incondicional por nosotros. Él no solo nos ha creado, sino que también nos guía y nos protege en cada paso que damos. En momentos de dificultad, podemos confiar en que Dios nos llevará en sus manos y evitará que tropecemos. No importa cuán grandes sean los obstáculos que enfrentemos, su poder y amor son más grandes.

Queridos hermanos y hermanas, ¿no es maravilloso saber que tenemos un Dios tan cercano y atento? Él está siempre a nuestro lado, listo para sostenernos y guiarnos en nuestro caminar por esta vida. No importa qué tan oscuro sea el camino o cuántas piedras encontremos, Dios nos llevará en sus manos y nos protegerá.

Permítanme compartirles un testimonio personal. Hace varios años, atravesé una temporada muy difícil en mi vida. Me sentía abrumado y desanimado por las circunstancias que enfrentaba. Pero a través de la lectura de la Palabra de Dios y la meditación en Salmos 91:12, encontré consuelo y esperanza.

En medio de mis luchas, recordé que Dios me llevaría en sus manos. Me aferré a esa promesa y confié en que Él no me abandonaría. A medida que caminaba por el valle oscuro, sentí su presencia constante y su amor envolviéndome. Aunque las piedras parecían grandes y amenazadoras, Dios me sostuvo y evitó que tropezara.

Queridos hermanos y hermanas, les animo a que también se aferran a esta promesa. No importa cuáles sean las circunstancias que enfrenten en este momento, recuerden que Dios está con ustedes. Él los llevará en sus manos y los protegerá de todo daño. Confíen en su amor y en su poder para superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.

En conclusión, Salmos 91:12 es una promesa poderosa que nos asegura el cuidado y la protección de nuestro amado Padre celestial. No importa cuán grandes sean los obstáculos que enfrentemos, Dios nos llevará en sus manos y evitará que tropecemos. Confíen en su amor y en su poder para guiarles en cada paso que den. Recuerden siempre esta hermosa promesa y permítanle a Dios sostenerles en sus manos amorosas.

Salmos 91:12 – «Te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece en piedra.»

Amén y amén.