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Salmos119: El tesoro escondido en versos sagrados


Salmos 119:9-11 (RVR): «¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.»

¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!

Hoy quiero llevarlos a un viaje inspirador a través del hermoso Salmo 119. Este salmo es el más largo de todos y está lleno de la sabiduría y la verdad de la Palabra de Dios. En sus 176 versículos, podemos encontrar una guía divina para nuestras vidas y una profunda conexión con nuestro Creador.

El Salmo 119 nos enseña la importancia de guardar la palabra de Dios en nuestros corazones. En el versículo 9, el salmista nos pregunta: «¿Con qué limpiará el joven su camino?» Y nos da la respuesta enseguida: «Con guardar tu palabra». Es a través de la meditación y la obediencia a la palabra de Dios que encontramos la dirección y la fortaleza para seguir el camino recto.

Queridos hermanos y hermanas, en este mundo lleno de tentaciones y desafíos, es crucial tener los mandamientos de Dios grabados en nuestros corazones. En el versículo 11, el salmista declara: «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti». Cuando la palabra de Dios habita en nosotros, nos protege de caer en el pecado y nos ayuda a tomar decisiones sabias y justas.

La palabra de Dios es nuestra brújula en medio de la oscuridad. Nos guía y nos da luz en momentos de confusión y desesperación. En el versículo 105, el salmista nos dice: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino». Cuando nos aferramos a la palabra de Dios, podemos caminar con confianza en medio de los desafíos de la vida, sabiendo que Él está con nosotros en cada paso del camino.

Además, el Salmo 119 nos muestra el amor y el deleite que debemos tener por la palabra de Dios. En el versículo 16, el salmista dice: «Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras». La palabra de Dios no debe ser solo un conjunto de reglas y mandamientos, sino una fuente de gozo y deleite. Cuando nos sumergimos en la palabra de Dios, descubrimos su amor, su gracia y su misericordia, y nos llenamos de alegría en su presencia.

Queridos hermanos y hermanas, el Salmo 119 nos invita a buscar a Dios de todo corazón. En el versículo 2, el salmista proclama: «Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan». ¡Qué hermosa promesa! Cuando buscamos a Dios con todo nuestro ser, Él se revela a nosotros y nos bendice abundantemente.

En conclusión, el Salmo 119 es un recordatorio poderoso de la importancia de guardar la palabra de Dios en nuestros corazones. A través de ella, encontramos dirección, fortaleza y protección. Nos guía en medio de la oscuridad y nos llena de gozo y deleite. Por eso, hoy los animo a sumergirse en el estudio y la meditación de la Palabra de Dios, a buscarle con todo su corazón y a permitir que su palabra transforme sus vidas.

Queridos hermanos y hermanas, que el Salmo 119 sea nuestro himno de amor y dedicación a la palabra de Dios. Que encontremos en ella la guía y la sabiduría para cada día. ¡Que Dios les bendiga abundantemente!

Salmos 119:9-11 (RVR): «¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.»

¡Amén!

**Salmos 119:9-11 (RVR):** «¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.»