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Solo Dios: El Versículo que Hace al Hombre Feliz


Solo Dios Hace Al Hombre Feliz Versículo

¡Buen día, queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes un versículo que nos recuerda la fuente de nuestra verdadera felicidad. En el libro de Salmos, encontramos un versículo poderoso que dice: «Solo Dios hace al hombre feliz» (Salmos 144:15).

En nuestra sociedad actual, a menudo buscamos la felicidad en cosas temporales y superficiales. Nos perdemos en la búsqueda de la riqueza material, el éxito profesional, las relaciones románticas o incluso en la adquisición de bienes materiales. Sin embargo, la verdad es que todas estas cosas son efímeras y no pueden llenar el vacío en nuestros corazones.

El Salmo 144:15 nos recuerda que solo Dios puede hacer al hombre verdaderamente feliz. Nuestro Creador conoce nuestras necesidades más profundas y anhela satisfacerlas. No importa cuánto intentemos llenar nuestras vidas con cosas terrenales, solo encontraremos una satisfacción duradera cuando nos acerquemos a Dios y permitamos que Él llene nuestros corazones.

Cuando buscamos nuestra felicidad en Dios, encontramos gozo y plenitud en su presencia. En lugar de buscar la felicidad en cosas que se desvanecen con el tiempo, encontramos una alegría eterna en el amor y la gracia de nuestro Padre celestial. Él nos promete en su Palabra: «Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios» (Salmos 146:5).

La felicidad verdadera no se encuentra en las circunstancias externas, sino en la relación personal con nuestro Salvador. Cuando confiamos en Dios y ponemos nuestra esperanza en Él, tenemos la seguridad de que nunca nos abandonará. Él es nuestro refugio en tiempos de dificultad y nuestra fortaleza en medio de las tormentas de la vida.

Entonces, ¿cómo podemos experimentar la felicidad que solo Dios puede dar? En primer lugar, debemos buscar a Dios en oración y estudio de su Palabra. La Biblia nos revela su carácter y nos enseña cómo vivir una vida que agrada a Él. Nos muestra que nuestra verdadera felicidad se encuentra en obedecer sus mandamientos y confiar en su plan perfecto para nuestras vidas.

Además, es importante recordar que la felicidad no es un estado constante de euforia, sino una profunda satisfacción y paz en medio de cualquier circunstancia. Dios nos promete en su Palabra: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da» (Juan 14:27). En Cristo, encontramos la paz que trasciende todo entendimiento y que nos sostiene incluso en los momentos más difíciles.

Hermanos y hermanas, no permitamos que el mundo nos engañe con falsas promesas de felicidad. No pongamos nuestra confianza en cosas que se desvanecen, sino en el único que puede satisfacer nuestras almas. Que nuestro lema sea siempre: «Solo Dios hace al hombre feliz» (Salmos 144:15).

En conclusión, recordemos que la verdadera felicidad solo se encuentra en una relación personal con nuestro amado Padre celestial. No busquemos la felicidad en cosas temporales y superficiales, sino en la presencia y el amor de Dios. Él es nuestra fuente de gozo y paz duradera. Pongamos nuestra esperanza en Él y confiemos en su plan perfecto para nuestras vidas. Que cada uno de nosotros repita en nuestro corazón y en nuestras acciones: Solo Dios hace al hombre feliz (Salmos 144:15). Amén.

-Solo Dios Hace Al Hombre Feliz Versículo-