Somos Portadores De Su Gloria Versículo: Experimentando la Presencia de Dios
¡Bienvenidos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy me gustaría hablarles acerca de un versículo bíblico que nos recuerda nuestra identidad y propósito como creyentes. Este versículo se encuentra en 2 Corintios 3:18 de la versión Reina Valera y dice así: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.
En este versículo encontramos una verdad profunda y maravillosa: somos portadores de la gloria de Dios. Cuando nos acercamos a Él, cuando buscamos su presencia y nos rendimos ante su soberanía, experimentamos una transformación divina en nuestras vidas. Pero, ¿qué significa realmente ser portadores de su gloria?
En primer lugar, ser portadores de la gloria de Dios implica reflejar su imagen. Somos creados a su imagen y semejanza, pero a medida que nos acercamos a Él, somos transformados para ser más como Él. Es como mirarnos en un espejo y ver reflejada su gloria en nuestras vidas. No somos nosotros quienes brillamos, sino la gloria de Dios que se manifiesta a través de nosotros.
Cuando nos rendimos ante su presencia, permitimos que el Espíritu Santo obre en nosotros y nos moldee a la imagen de Cristo. A medida que crecemos en intimidad con Dios, su gloria se hace más evidente en nuestras palabras, acciones y actitudes. Somos portadores de su gloria cuando amamos como Él ama, perdonamos como Él perdona y extendemos su gracia y misericordia a los demás.
En segundo lugar, ser portadores de la gloria de Dios implica una transformación continua. El versículo nos dice que somos transformados de gloria en gloria. Esto significa que a medida que nos acercamos a Dios y nos sometemos a su voluntad, vamos siendo transformados cada día para reflejar más su carácter y amor.
La transformación no es un proceso estático, sino dinámico. A través del Espíritu Santo, Dios nos capacita para crecer espiritualmente y superar las limitaciones de nuestra naturaleza pecaminosa. Somos portadores de su gloria cuando permitimos que Dios nos moldee y nos transforme en su imagen, renunciando a nuestros propios deseos y sometiéndonos a su voluntad.
Finalmente, ser portadores de la gloria de Dios implica una vida llena de propósito y significado. Cuando vivimos en la presencia de Dios y somos transformados por su gloria, nuestras vidas adquieren un nuevo sentido. Ya no vivimos para nosotros mismos, sino para glorificar a Dios y llevar su amor y redención al mundo.
Somos portadores de su gloria cuando compartimos las buenas nuevas del evangelio, cuando mostramos compasión y cuidado por los necesitados, cuando nos involucramos en obras de justicia y cuando vivimos vidas santas y separadas para Él.
En conclusión, amados hermanos y hermanas, el versículo de 2 Corintios 3:18 nos recuerda que somos portadores de la gloria de Dios. No es por nuestros propios méritos o esfuerzos, sino por la gracia y el poder del Espíritu Santo en nosotros. Al mirarnos en el espejo de su presencia, somos transformados para reflejar más su imagen y ser portadores de su gloria en medio de un mundo necesitado.
Que cada día busquemos su presencia, nos rindamos ante Él y permitamos que su gloria se manifieste a través de nosotros. Que seamos portadores de su gloria en nuestras familias, en nuestras comunidades y en todas las áreas de nuestra vida. Que podamos ser instrumentos de su amor y redención para un mundo sediento de esperanza y salvación.
Somos Portadores De Su Gloria Versículo, somos transformados por su gloria y llevamos su amor al mundo. ¡Gloria a Dios!