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Texto Bíblico: Escudriña Las Escrituras - ¡Descubre su poder!


Escudriñar las Escrituras: Descubriendo Tesoros Eternos

Texto Biblico: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” – Juan 5:39 (Reina Valera)

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy me gustaría compartir con ustedes una verdad que ha sido una fuente constante de inspiración y fortaleza para mi vida cristiana: la importancia de escudriñar las Escrituras. En Juan 5:39, Jesús nos exhorta a examinar detenidamente las Sagradas Escrituras, ya que en ellas encontramos la vida eterna y el testimonio de su amor inmutable hacia nosotros.

Como cristianos, a menudo nos encontramos en medio de un mundo lleno de distracciones, que lucha por alejarnos de la verdad y la sabiduría divina. Sin embargo, el Señor nos llama a sumergirnos en la Palabra de Dios y a buscar su significado y aplicación en nuestras vidas diarias. Al hacerlo, descubrimos tesoros eternos que nos fortalecen, nos guían y nos transforman a imagen de Cristo.

¿Pero qué significa realmente “escudriñar las Escrituras”? En esencia, implica estudiar, analizar y meditar en la Palabra de Dios. No se trata solo de leerla superficialmente, sino de sumergirse en ella con una actitud de reverencia y humildad, permitiendo que el Espíritu Santo revele su mensaje profundo y aplicable a nuestras vidas.

Cuando escudriñamos las Escrituras, experimentamos una comunión íntima con nuestro Salvador y una mayor comprensión de su plan redentor. A través de las páginas de la Biblia, vemos el amor de Dios manifestado en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Encontramos consuelo en los salmos, sabiduría en los proverbios y dirección en los mandamientos. Las Escrituras son un tesoro invaluable para nuestra fe y nuestra relación con Dios.

Además, al escudriñar las Escrituras, recibimos instrucción y corrección divina. El apóstol Pablo nos enseña en 2 Timoteo 3:16-17: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” La Palabra de Dios es la autoridad final en nuestra vida y nos guía hacia una vida justa y plena en Cristo.

No obstante, el simple acto de escudriñar las Escrituras no es suficiente. Debemos aplicar lo que aprendemos a nuestras vidas y permitir que transforme nuestras mentes y corazones. Santiago 1:22 nos insta a ser hacedores de la Palabra y no solo oidores engañándonos a nosotros mismos. Al poner en práctica lo que aprendemos, experimentamos el poder transformador de la Palabra de Dios en nuestra vida cotidiana.

Por último, el escudriñar las Escrituras también nos equipa para compartir y defender nuestra fe. 1 Pedro 3:15 nos insta a estar siempre preparados para dar respuesta a todo aquel que nos demande razón de la esperanza que hay en nosotros. A medida que profundizamos en la Palabra de Dios, adquirimos conocimiento y sabiduría para responder a los desafíos y preguntas que surgen en nuestro caminar cristiano.

Hermanos y hermanas, les animo a que se sumerjan en las Escrituras diariamente. No se conformen con una lectura rápida, sino dediquen tiempo a estudiar y meditar en la Palabra de Dios. Permitan que la verdad divina transforme sus vidas y les dé un fundamento sólido en medio de cualquier circunstancia. Escudriñar las Escrituras es un acto de amor y adoración hacia nuestro Dios, quien nos revela su amor y su voluntad a través de ellas.

En conclusión, recordemos las palabras de Jesús: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Al escudriñar las Escrituras, encontramos vida eterna y descubrimos el testimonio del amor redentor de nuestro Salvador. Que el Espíritu Santo nos guíe y nos fortalezca a medida que nos sumergimos en la Palabra de Dios, y que nuestras vidas sean transformadas por su verdad eterna.

Texto Biblico Escudriñar Las Escrituras.

Que Dios les bendiga abundantemente.

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