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Textos Para Pedir Ofrenda: Potencia tu Generosidad


¡Bienvenidos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión inspiradora sobre el tema de la ofrenda y la importancia de dar generosamente para la obra del Señor. A lo largo de la historia, Dios ha llamado a su pueblo a entregar una parte de lo que Él les ha dado como una expresión de gratitud y adoración.

La ofrenda es un acto de fe y obediencia a Dios. En la Biblia, encontramos numerosos textos que nos hablan sobre la importancia de dar generosamente. En 2 Corintios 9:6-7 leemos: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.

Dios no necesita nuestra ofrenda, pero Él desea nuestro corazón. Al dar generosamente, demostramos nuestra confianza en Él y nuestra disposición a obedecer sus mandamientos. Nuestro enfoque no debe estar en la cantidad que damos, sino en la actitud y el propósito de nuestro corazón al hacerlo.

La ofrenda no solo es una responsabilidad, sino también una oportunidad de ser bendecidos por Dios. En Malaquías 3:10, el Señor dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.

Cuando damos nuestra ofrenda con un corazón generoso y alegre, Dios promete bendición sobreabundante en nuestras vidas. La ofrenda no se trata solo de dinero, sino de todo lo que podemos dar: nuestro tiempo, talentos y recursos. Dios nos ha dado mucho, y al devolverle una parte, demostramos nuestra gratitud y reconocimiento por su provisión constante.

La ofrenda también es una forma de participar en el avance del reino de Dios en la tierra. Al dar, estamos invirtiendo en la obra de la iglesia y en la difusión del evangelio. En Filipenses 4:15-17, el apóstol Pablo agradece a los filipenses por su generosidad en apoyar su ministerio, y les asegura: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.

Cuando damos nuestra ofrenda, estamos colaborando con Dios en su plan de redención para la humanidad. Estamos sembrando en el campo del Señor, confiando en que Él hará crecer y multiplicar lo que hemos sembrado. Nuestra ofrenda se convierte en una semilla que produce fruto abundante, tanto en nuestras vidas como en las vidas de aquellos a quienes alcanzamos con el mensaje del evangelio.

Hermanos y hermanas, no subestimemos el poder de la ofrenda. Nuestro Dios es un Dios generoso, y Él nos anima a seguir su ejemplo al dar. Al entregar nuestras ofrendas con un corazón generoso y alegre, estamos participando activamente en su obra y experimentando su bendición en nuestras vidas.

En conclusión, la ofrenda es una expresión de gratitud, obediencia y confianza en Dios. Al dar generosamente, demostramos nuestra entrega total a Él y nuestra disposición a colaborar en su plan de redención. No importa cuánto tengamos para dar, sino la actitud y el propósito de nuestro corazón al hacerlo. Recordemos siempre que Dios ama al dador alegre.

Hermanos y hermanas, los invito a reflexionar sobre estos textos para pedir ofrenda y a considerar cómo podemos dar generosamente para la obra del Señor. Que nuestro corazón sea guiado por la Palabra de Dios y que nuestras ofrendas sean una expresión de amor y gratitud hacia Él. ¡Demos con alegría y confiemos en que Dios multiplicará nuestras semillas para su gloria! ¡Textos Para Pedir Ofrenda!