Textos Sobre La Venida De Cristo
¡Amados hermanos y hermanas en Cristo! Es un privilegio y una bendición estar aquí hoy para hablarles acerca de la venida de nuestro Señor Jesucristo. En la Palabra de Dios encontramos numerosos textos que nos hablan sobre este acontecimiento tan esperado, y es mi deseo que juntos podamos reflexionar en la maravillosa promesa de Su retorno.
La venida de Cristo es una de las verdades fundamentales de nuestra fe cristiana. Desde el principio de los tiempos, Dios ha anunciado a través de sus profetas y apóstoles que Jesús regresará a este mundo para establecer su reino eterno. Esta esperanza nos llena de gozo y nos impulsa a vivir una vida de fe y obediencia, esperando con anhelo el glorioso día en que veremos a nuestro Salvador cara a cara.
Uno de los textos más conocidos sobre la venida de Cristo se encuentra en el libro de Mateo, capítulo 24, versículo 44, donde Jesús nos dice: «Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis». Estas palabras nos recuerdan la importancia de estar siempre listos para Su regreso, viviendo una vida santa y dedicada a Su servicio.
Otro pasaje que nos habla sobre la venida de Cristo se encuentra en el libro de Apocalipsis, capítulo 22, versículo 20, donde leemos: «El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús». Esta declaración nos llena de esperanza y nos anima a perseverar en nuestra fe, sabiendo que nuestro amado Señor vendrá pronto a llevarnos a Su presencia.
Queridos hermanos y hermanas, la venida de Cristo nos ofrece una gran esperanza y consuelo. En medio de las dificultades y pruebas de este mundo, sabemos que un día estaremos con Él en un lugar donde no habrá más llanto ni dolor. El apóstol Pablo nos exhorta en 1 Tesalonicenses 4:16-17, diciendo: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor». ¡Qué gloriosa promesa!
En medio de la incertidumbre y los cambios constantes de este mundo, la venida de Cristo nos recuerda que nuestra verdadera patria está en el cielo. Como dice el apóstol Juan en 1 Juan 3:2-3: «Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro».
Hermanos y hermanas, la venida de Cristo es una realidad que debemos tener siempre presente en nuestras vidas. No sabemos el día ni la hora en que Él regresará, pero podemos vivir con la seguridad de que Su promesa se cumplirá. Mientras esperamos, debemos vivir una vida de santidad, compartiendo el amor de Cristo con aquellos que nos rodean y preparándonos para encontrarnos con Él en las nubes.
En conclusión, queridos hermanos y hermanas, la venida de Cristo es una verdad que nos llena de esperanza y nos motiva a vivir una vida de fe y obediencia. No olvidemos que Él vendrá a la hora que no pensamos, por lo tanto, estemos siempre listos y vigilantes. Que la promesa de Su retorno nos impulse a vivir una vida santa y a compartir el amor de Cristo con todos aquellos que nos rodean. ¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!
Textos Sobre La Venida De Cristo
Texto 1: Mateo 24:44 (Reina Valera 1960)
«Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis».
Texto 2: Apocalipsis 22:20 (Reina Valera 1960)
«El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús».
Texto 3: 1 Tesalonicenses 4:16-17 (Reina Valera 1960)
«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor».