Salmo 119:71 – “Para que aprendiera tus mandamientos, bien me hizo el quebrantamiento.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una porción de las Escrituras que ha sido una fuente de inspiración para muchos creyentes a lo largo de los siglos: el Salmo 119:71. Este versículo nos habla sobre el propósito del quebrantamiento en nuestras vidas y cómo puede conducirnos a una mayor comprensión y obediencia de los mandamientos de Dios.
En la vida, nos encontramos con muchas dificultades y pruebas. A veces, estas dificultades pueden parecer insoportables y nos preguntamos por qué Dios permite que pasemos por ellas. Pero el Salmo 119:71 nos brinda una perspectiva diferente. Nos dice que el quebrantamiento en realidad es algo bueno, porque nos ayuda a aprender los mandamientos de Dios.
Cuando enfrentamos situaciones difíciles, a menudo nos vemos obligados a buscar a Dios en busca de consuelo y dirección. Es en esos momentos que somos más receptivos a la voz de Dios y estamos dispuestos a aprender de Él. El quebrantamiento nos humilla y nos enseña a depender totalmente de Dios. Nos muestra nuestra propia incapacidad para enfrentar las dificultades por nuestra cuenta y nos lleva a buscar ayuda en el único que es capaz de salvarnos.
No importa cuán doloroso o desafiante sea el quebrantamiento que estemos enfrentando, debemos recordar que Dios tiene un propósito detrás de cada prueba. Él quiere que aprendamos sus mandamientos, porque sabe que su Palabra es la fuente de vida y sabiduría. Cuando nos sumergimos en la Palabra de Dios, descubrimos su amor, su gracia y su voluntad para nuestras vidas.
El Salmo 119:71 nos recuerda que la vida cristiana no es fácil, pero es en los momentos de quebrantamiento donde encontramos la verdadera fortaleza y el crecimiento espiritual. A través de las dificultades, Dios nos moldea y nos transforma para que podamos ser más semejantes a Cristo.
Hermanos y hermanas, no debemos temer al quebrantamiento. En lugar de ello, debemos abrazarlo y buscar a Dios con todo nuestro corazón. No importa cuál sea la situación que estemos enfrentando en este momento, Dios está ahí para ayudarnos y enseñarnos. Él nos consuela en nuestras lágrimas y nos guía en nuestro caminar.
A medida que reflexionamos sobre el Salmo 119:71, recordemos que nuestra respuesta al quebrantamiento debe ser la obediencia a los mandamientos de Dios. No podemos permitir que el sufrimiento nos aleje de Dios, sino que debemos acercarnos más a Él. Cuando confiamos en sus promesas y seguimos sus mandamientos, experimentamos la paz y la alegría que solo Él puede brindar.
En conclusión, el Salmo 119:71 nos enseña que el quebrantamiento es un regalo de Dios. Aunque puede ser difícil de entender en el momento, nos ayuda a aprender los mandamientos de Dios y nos acerca más a Él. No importa cuán grande sea la prueba que estemos enfrentando, confiemos en que Dios tiene un propósito y que nos fortalecerá a través de ella.
Que el Salmo 119:71 sea un recordatorio constante en nuestras vidas de que el quebrantamiento no es en vano. Aprendamos de él, crezcamos en nuestra fe y sigamos confiando en el Señor en todo momento.
Salmo 119:71 – “Para que aprendiera tus mandamientos, bien me hizo el quebrantamiento.”
Amén.
Salmo 119:71 – “Para que aprendiera tus mandamientos, bien me hizo el quebrantamiento.”
Salmo 119:71 – “Para que aprendiera tus mandamientos, bien me hizo el quebrantamiento.”