Salmos 133:3 – “Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, ¡qué bendición es poder estar aquí hoy y compartir con ustedes la poderosa Palabra de Dios! En este día, quiero dirigir nuestra atención hacia el Salmo 133, versículo 3, que nos habla sobre la bendición y la vida eterna que provienen de Jehová.
El Salmo 133 es un himno de alabanza y unidad. En él, el salmista nos muestra la importancia de vivir en armonía como hermanos y hermanas en la fe. En el versículo 3, se utiliza la imagen del rocío de Hermón que desciende sobre los montes de Sion para ilustrar la bendición divina que se derrama sobre aquellos que viven en unidad.
Hermón era una montaña alta y majestuosa, conocida por su abundante rocío. Este rocío era esencial para la fertilidad y la vida de las tierras circundantes. Del mismo modo, cuando vivimos en unidad, cuando nos amamos y nos apoyamos mutuamente como hermanos y hermanas en Cristo, experimentamos la bendición de Dios en nuestras vidas.
La unidad en el cuerpo de Cristo es algo que debemos valorar y cultivar. Cuando nos unimos como hermanos y hermanas, cuando nos amamos y nos perdonamos unos a otros, estamos siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo. Él nos enseñó a amarnos los unos a los otros como él nos ha amado (Juan 13:34-35). Cuando vivimos en unidad, somos testigos poderosos del amor de Dios para el mundo.
Pero, ¿cómo podemos vivir en unidad? El Salmo 133 nos muestra que la unidad viene de Dios. Es Él quien envía la bendición sobre aquellos que se esfuerzan por vivir en unidad. Por lo tanto, es esencial que busquemos a Dios en oración y que le pidamos que nos ayude a vivir en armonía y amor unos con otros. Él es quien nos capacita para perdonar, para ser pacientes y comprensivos, para servir y apoyarnos mutuamente en el camino de la fe.
Además, la unidad no solo trae bendición en esta vida, sino también vida eterna. El versículo 3 nos dice que Dios envía vida eterna sobre aquellos que viven en unidad. Esto significa que nuestra unidad tiene un impacto eterno. Cuando vivimos en armonía y amor, estamos reflejando el carácter de Dios y mostrando al mundo el camino hacia la salvación.
Hermanos y hermanas, este llamado a vivir en unidad es más importante que nunca en nuestros días. Vivimos en un mundo dividido, lleno de discordia y conflicto. Pero como hijos de Dios, tenemos la responsabilidad de ser luz en medio de la oscuridad. Debemos ser ejemplos de amor y unidad, mostrando al mundo el poder transformador de Cristo en nuestras vidas.
Así que, hoy quiero animarlos a buscar la unidad en sus iglesias y comunidades. Perdonen a aquellos que les han herido, amen a aquellos que son difíciles de amar, y busquen la reconciliación donde haya discordia. Recuerden que es a través de la unidad que experimentaremos la bendición y la vida eterna que Dios tiene para nosotros.
En conclusión, el Salmo 133:3 nos recuerda la importancia de vivir en unidad y amor como hermanos y hermanas en Cristo. Cuando nos unimos en armonía, experimentamos la bendición de Dios y nos convertimos en testigos poderosos de su amor. La unidad no solo tiene un impacto en esta vida, sino también en la eternidad. Por lo tanto, busquemos la unidad en nuestras iglesias y comunidades, y vivamos de acuerdo con el llamado de Dios. Que el rocío de Hermón descienda sobre nosotros y nos llene de su bendición y vida eterna.
Salmos 133:3 – “Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”.
¡Amén y amén!