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Unión familiar según la Biblia: versículo revelador


Versículo Bíblico que habla de la familia:

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7, Reina Valera).

Querida familia en Cristo,

Hoy me dirijo a ustedes con el propósito de enaltecer y exaltar el valor de la familia en nuestro caminar como creyentes. La Palabra de Dios nos instruye acerca de la importancia de la familia y cómo debemos cuidarla y nutrirla en el temor del Señor.

Dios, en su sabiduría infinita, diseñó y estableció la institución de la familia desde el principio de la creación. Desde Adán y Eva hasta nuestros días, la familia ha sido el pilar fundamental de la sociedad. Sin embargo, en un mundo cada vez más moderno y cambiante, es vital recordar los principios bíblicos que nos guían en la construcción de un hogar sólido y lleno de amor.

El versículo bíblico que habla de la familia mencionado al inicio de este mensaje nos recuerda la responsabilidad que tenemos como padres y madres de inculcar los principios divinos a nuestros hijos. Dios nos insta a enseñarles sus palabras, no solo de manera ocasional o superficial, sino de forma constante y coherente. Nuestra casa debe ser un lugar donde la Palabra de Dios se hable y se viva.

Cuando nos referimos a “hablar de ellas estando en tu casa”, significa que nuestras conversaciones y acciones deben reflejar los valores divinos. No basta con asistir a la iglesia los domingos, sino que debemos vivir de acuerdo con los principios bíblicos todos los días de la semana. Nuestros hijos deben ver en nosotros un testimonio vivo del amor y la gracia de Dios.

Además, la Escritura nos exhorta a hablar de la Palabra de Dios “andando por el camino”. Esto implica que debemos aprovechar cada oportunidad para enseñar a nuestros hijos acerca de Dios, incluso cuando estamos fuera de casa. Ya sea en un paseo en automóvil, en un viaje familiar o en cualquier otra circunstancia, debemos estar dispuestos a compartir sobre las maravillas del Señor y su plan para nuestras vidas.

También se nos instruye a hablar de la Palabra de Dios “al acostarte, y cuando te levantes”. Esto significa que debemos hacer de la enseñanza de las Escrituras una parte integral de nuestra rutina diaria. Antes de dormir, debemos orar y leer la Biblia con nuestros hijos, enseñándoles a confiar en Dios y a depositar su fe en Él. Al despertar, debemos dar gracias a Dios por un nuevo día y recordarles a nuestros hijos la importancia de buscar a Dios en todo momento.

Querida familia en Cristo, no debemos subestimar el impacto que podemos tener en nuestras familias al vivir de acuerdo con los principios bíblicos y al enseñar a nuestros hijos a amar y seguir a Dios. Nuestra influencia como padres y madres es invaluable y puede marcar la diferencia en la vida de nuestros hijos y en las generaciones futuras.

Recordemos siempre que la familia es un regalo precioso que Dios nos ha dado. Es en el seno familiar donde aprendemos sobre el amor, la compasión, el perdón y la gracia de Dios. Es en nuestro hogar donde experimentamos el amor incondicional y el cuidado mutuo. Es en la familia donde encontramos apoyo y fortaleza en tiempos de dificultad.

Por lo tanto, animo a cada uno de ustedes a valorar y proteger su familia. Inviertan tiempo de calidad juntos, oren unos por otros, estudien la Palabra de Dios en familia y cultiven un ambiente de amor y respeto dentro de su hogar.

Recuerden siempre el versículo bíblico que habla de la familia: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7, Reina Valera).

Que el Señor les bendiga y les guarde. Que Él haga resplandecer su rostro sobre ustedes y les conceda paz en sus hogares. Amen.