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Versículo de los tatuajes: arte divino en la piel


Versículo De Los Tatuajes: Un Recordatorio de Nuestra Identidad en Cristo

En la vida cotidiana, es común encontrarnos con personas que han decidido plasmar en su piel diferentes diseños y símbolos a través de tatuajes. Algunos los consideran una forma de arte, otros los ven como una expresión de su personalidad o como un medio para recordar a alguien o algo importante en sus vidas. Sin embargo, como cristianos, debemos reflexionar sobre lo que la Palabra de Dios nos dice acerca de los tatuajes.

El versículo de los tatuajes se encuentra en el libro de Levítico 19:28, y en la versión Reina Valera de la Biblia, dice así: “No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis señal alguna en vosotros. Yo Jehová.” Este versículo ha sido utilizado para argumentar en contra de los tatuajes, ya que se interpreta como una prohibición de marcar nuestra piel de cualquier manera.

Sin embargo, es importante tener en cuenta el contexto histórico y cultural en el que se escribió este versículo. En aquel tiempo, el pueblo de Israel estaba rodeado de naciones paganas que practicaban ritos y costumbres que eran abominables para Dios. Al prohibir los tatuajes, Dios estaba protegiendo a Su pueblo de caer en prácticas idolátricas y de adorar a otros dioses.

Pero, ¿qué nos dice la Biblia acerca de nuestra identidad en Cristo? En Efesios 1:13-14 leemos: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.” Aquí vemos que cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, somos sellados con el Espíritu Santo, lo cual nos identifica como hijos de Dios.

Como cristianos, debemos recordar constantemente nuestra identidad en Cristo. No importa si llevamos un tatuaje en nuestra piel o no, lo esencial es que llevemos en nuestro corazón el sello del Espíritu Santo. Nuestra verdadera identidad no se encuentra en un símbolo externo, sino en la relación que tenemos con Dios.

Los tatuajes pueden ser una forma de expresión personal, pero debemos ser cuidadosos al elegir los diseños y los mensajes que queremos plasmar en nuestra piel. En 1 Corintios 10:31 leemos: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” Como cristianos, debemos asegurarnos de que todo lo que hacemos, incluyendo los tatuajes, sea para honrar y glorificar a Dios.

Además, debemos recordar que nuestra verdadera belleza y significado no provienen de un tatuaje, sino de nuestro carácter y nuestra relación con Dios. En 1 Pedro 3:3-4 leemos: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.” Aquí se nos recuerda que lo que realmente importa es cómo somos en nuestro interior, no cómo nos vemos externamente.

En conclusión, el versículo de los tatuajes nos invita a reflexionar sobre nuestra identidad en Cristo y cómo debemos vivir en este mundo. No importa si llevamos un tatuaje en nuestra piel o no, lo esencial es que llevemos en nuestro corazón la marca del Espíritu Santo. Nuestra verdadera belleza y significado provienen de nuestra relación con Dios y de cómo reflejamos Su amor y gracia en nuestras vidas.

Así que, hermanos y hermanas en Cristo, recordemos siempre nuestra identidad en Él y vivamos de acuerdo a Su voluntad. No permitamos que un tatuaje defina quiénes somos, sino que permitamos que nuestro carácter y nuestra relación con Dios sean lo que nos distinga. Que nuestros actos, palabras y pensamientos sean un testimonio vivo de la obra redentora de Jesús en nuestras vidas.

Versículo De Los Tatuajes: “No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis señal alguna en vosotros. Yo Jehová.” (Levítico 19:28)

Que este versículo nos recuerde que nuestra verdadera identidad se encuentra en Cristo y que todo lo que hacemos debe ser para Su gloria. No permitamos que los tatuajes definan quiénes somos, sino que permitamos que nuestra relación con Dios y nuestro carácter sean lo que nos distinga. Que seamos luz en este mundo y testifiquemos del amor y la gracia de nuestro Salvador. Amén.