Versículo “Id Por Todo El Mundo”: La Gran Misión de Cada Creyente
Hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles acerca de un versículo que nos desafía y nos inspira a vivir una vida plena para el Señor. Este versículo se encuentra en el Evangelio según Mateo, capítulo 28, versículo 19: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Este pasaje bíblico es conocido como el mandato de la Gran Comisión, y es una llamada directa de nuestro amado Salvador Jesucristo a cada uno de nosotros como sus seguidores. Jesús nos envía a compartir las buenas nuevas del Evangelio a todas las personas y naciones, sin excepción.
Es importante destacar que este versículo no es exclusivo para los líderes de la iglesia o los misioneros en el extranjero. Es un mandato para todos los creyentes, sin importar nuestra posición o habilidades. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de obedecer este llamado y llevar el mensaje de salvación a aquellos que aún no conocen a Cristo.
La tarea puede parecer abrumadora, pero debemos recordar que no estamos solos en esta misión. El Espíritu Santo nos guiará y fortalecerá en el camino. Jesús prometió estar con nosotros siempre, hasta el fin de los tiempos. Así que, no importa cuán desafiante o desconocido sea el territorio al que somos enviados, podemos confiar en que Dios estará con nosotros en cada paso del camino.
A menudo nos limitamos a nuestro círculo cercano de amigos y familiares cuando se trata de compartir el Evangelio. Pero Jesús nos está llamando a ir más allá de nuestras zonas de confort y alcanzar a aquellos que están lejos. No debemos conformarnos con compartir el mensaje solo con aquellos que ya lo conocen, sino buscar activamente oportunidades para llevar la luz de Cristo a lugares donde aún no ha brillado.
Podemos preguntarnos cómo podemos cumplir con esta Gran Comisión en nuestra vida cotidiana. La respuesta es simple: a través del amor y la compasión. Cada acto de bondad y cada palabra de aliento pueden ser semillas del Evangelio en la vida de aquellos que nos rodean. No subestimemos el poder de una sonrisa, una mano amiga extendida o una palabra de esperanza en momentos de dificultad.
Además, debemos orar fervientemente por aquellos que aún no conocen a Cristo. La oración tiene un poder transformador, y es nuestra conexión directa con el corazón de Dios. Oremos por los no creyentes, para que sus corazones sean abiertos a la verdad y encuentren la salvación en Jesús. Oremos por los misioneros y evangelistas que están llevando el mensaje a lugares remotos y peligrosos. Oremos por nuestra propia valentía y sabiduría al compartir el Evangelio en nuestro día a día.
Hermanos y hermanas, el versículo “Id Por Todo El Mundo” es una llamada urgente para todos nosotros. No podemos quedarnos en nuestras iglesias y esperar a que las personas vengan a nosotros. Debemos salir y ser luz en medio de la oscuridad. Debemos ser portadores de esperanza en un mundo lleno de desesperanza. Debemos ser instrumentos de amor y reconciliación en un mundo lleno de odio y división.
Cada uno de nosotros tiene un papel importante en esta gran misión. No importa nuestra edad, género, nacionalidad o habilidades. Todos somos llamados a participar en la propagación del Evangelio. Que nuestras vidas sean testimonios vivientes del amor de Cristo, y que nuestras palabras y acciones reflejen la gracia y la misericordia que hemos recibido.
Así que, mis amados hermanos y hermanas, hoy los animo a tomar en serio este llamado. No esperemos más, el tiempo es ahora. Que nuestras vidas sean dedicadas por completo al servicio de nuestro Señor. Recordemos siempre el versículo “Id Por Todo El Mundo” y hagámoslo parte integral de nuestra vida diaria.
¡Que Dios les bendiga y les guíe en esta gran misión!
Versiculo Id Por Todo El Mundo
Versiculo Id Por Todo El Mundo
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