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Versículo: La fe es certeza, el motor de nuestras vidas


Versículo: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» – Hebreos 11:1 (Reina Valera).

¡Amados hermanos y hermanas en Cristo, que la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes!

Hoy quiero compartir con ustedes un versículo poderoso que nos habla acerca de la fe: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Hebreos 11:1). Esta frase tan simple encierra un significado profundo y relevante para nuestras vidas como creyentes. La fe es un pilar fundamental en nuestra relación con Dios y nos permite experimentar su amor y su poder de manera tangible.

La fe es la certeza de lo que se espera. En este mundo lleno de incertidumbres y desafíos, a menudo nos encontramos esperando respuestas, soluciones, milagros y bendiciones. Pero en medio de nuestras esperanzas y anhelos, la fe nos asegura que Dios está obrando en nuestro favor. Nos da la confianza absoluta de que Él cumplirá sus promesas en su tiempo perfecto.

Cuando enfrentamos momentos difíciles, cuando los problemas parecen abrumarnos y las dudas nos acechan, es la fe la que nos sostiene y nos impulsa a seguir adelante. La fe nos permite mirar más allá de las circunstancias y fijar nuestra mirada en el Dios que es poderoso para hacer lo imposible. No importa cuán oscuro sea el camino, la fe nos asegura que Dios está con nosotros, guiándonos y protegiéndonos.

La fe también es la convicción de lo que no se ve. A menudo, vivimos en un mundo que valora lo tangible, lo visible y lo comprobable. Pero la fe nos llama a creer en lo invisible, en lo sobrenatural. Nos desafía a confiar en un Dios que no podemos ver físicamente, pero que podemos experimentar de manera profunda y real en nuestras vidas.

Cuando nos encontramos en momentos de duda y confusión, recordemos que la fe nos da la seguridad de que Dios está obrando en lo invisible, en los lugares donde nuestros ojos no pueden alcanzar. Nos recuerda que su amor y su poder son reales, aunque no podamos verlos con nuestros ojos físicos. La fe nos conecta con la realidad espiritual y nos permite vivir en la plenitud de la presencia de Dios.

Queridos hermanos y hermanas, cultivemos la fe en nuestras vidas. No permitamos que las circunstancias adversas nos hagan dudar del poder de Dios. Recordemos que la fe es un regalo divino que nos permite experimentar la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos. Es un ancla que nos mantiene firmes en medio de las tormentas y nos permite caminar con confianza en el propósito de Dios para nuestras vidas.

En este momento, te invito a cerrar tus ojos y reflexionar sobre el versículo que nos ha acompañado a lo largo de este artículo: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Hebreos 11:1). Permítele a esta verdad penetrar en lo más profundo de tu ser y fortalecer tu fe.

Recuerda que la fe no es solo una creencia intelectual, sino una convicción arraigada en el corazón. Es un llamado a confiar en Dios en todo momento y en todas las circunstancias. Mantén tu fe firme, sin importar las pruebas que enfrentes, sabiendo que Dios está contigo y que Él cumplirá sus promesas.

Amados hermanos y hermanas, que la fe sea una fuerza poderosa en nuestras vidas. Que nos permita vivir con expectativa y confianza en el amor y el poder de nuestro Dios. Que cada día podamos decir con convicción: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve».

Que Dios les bendiga abundantemente y les guíe en su caminar de fe.

Versículo: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» – Hebreos 11:1 (Reina Valera).