Versículo Para La Ofrenda Y Diezmo: Un Acto de Fe y Gratitud
¡Bendiciones, hermanos y hermanas en Cristo! Hoy nos reunimos aquí para reflexionar sobre un tema de gran importancia en nuestra vida como creyentes: la ofrenda y el diezmo. Estas prácticas son fundamentales en nuestra relación con Dios y en el crecimiento de Su Reino aquí en la tierra. Permítanme compartir con ustedes algunas reflexiones inspiradoras sobre este tema tan relevante.
En primer lugar, es fundamental comprender que la ofrenda y el diezmo no son obligaciones impuestas por la iglesia, sino una expresión de gratitud y fe hacia nuestro amado Padre Celestial. En el libro de Proverbios, encontramos estas palabras sabias: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Proverbios 3:9). Esta es una invitación amorosa de Dios para que le ofrezcamos lo mejor de lo que tenemos, reconociendo que todo lo que poseemos proviene de Su generosidad y provisión.
Cuando damos nuestras ofrendas y diezmos, estamos reconociendo que Dios es nuestro proveedor fiel y que confiamos en Su provisión constante. En Malaquías 3:10, el Señor nos insta a ponerlo a prueba en este aspecto: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Estas palabras nos animan a dar con alegría y expectativa, sabiendo que Dios nos bendecirá abundantemente en respuesta a nuestra obediencia.
Nuestra ofrenda y diezmo también tienen un propósito misionero. Al dar generosamente, estamos contribuyendo directamente al avance del Reino de Dios en la tierra. En 2 Corintios 9:6-7 leemos: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Estas palabras nos recuerdan que nuestras ofrendas y diezmos no solo son una responsabilidad, sino una oportunidad de sembrar en el campo de Dios y cosechar bendiciones abundantes para nosotros mismos y para otros.
Como comunidad de creyentes, también debemos ser conscientes de las necesidades de aquellos que nos rodean. Nuestras ofrendas y diezmos también nos permiten ser instrumentos de ayuda y apoyo para los menos afortunados. En Hechos 20:35, el apóstol Pablo nos recuerda las palabras de Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir”. Al dar generosamente, estamos siguiendo el ejemplo de nuestro Señor y compartiendo Su amor y compasión con aquellos que más lo necesitan.
Hermanos y hermanas, hoy los invito a renovar nuestro compromiso de dar nuestras ofrendas y diezmos con alegría y gratitud. Recordemos siempre que no lo hacemos por obligación, sino como una expresión de amor y devoción a nuestro Dios. Al hacerlo, estaremos fortaleciendo nuestra fe, contribuyendo al avance del Reino y mostrando el amor de Cristo a aquellos que nos rodean.
Versiculo Para La Ofrenda Y Diezmo: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Proverbios 3:9).
En conclusión, la ofrenda y el diezmo son actos de fe y gratitud hacia nuestro Padre Celestial. Al honrar a Dios con nuestras posesiones, reconocemos Su provisión y confiamos en Su fidelidad. Nuestras ofrendas y diezmos también nos permiten ser instrumentos de bendición para otros y avanzar en el Reino de Dios. Que podamos dar con alegría y generosidad, sabiendo que nuestro Dios nos recompensará abundantemente. ¡Que la paz y la gracia del Señor estén con ustedes siempre!
Versiculo Para La Ofrenda Y Diezmo: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Proverbios 3:9).