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¡Yo estoy a la puerta y llamo! - Una poderosa Cita Bíblica para reflexionar


Cita Bíblica: «Yo estoy a la puerta y llamo» (Apocalipsis 3:20).

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una hermosa promesa que encontramos en la Palabra de Dios. Esta promesa nos recuerda que Jesús está siempre presente en nuestras vidas, esperando pacientemente a que le abramos la puerta de nuestro corazón.

La Cita Bíblica «Yo estoy a la puerta y llamo» se encuentra en el libro de Apocalipsis, capítulo 3, versículo 20. En este pasaje, Jesús se dirige a la iglesia de Laodicea y les dice: «Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo».

Este versículo es una invitación directa de Jesús a tener comunión con él. Él nos muestra su deseo de establecer una relación íntima y personal con cada uno de nosotros. Jesús no fuerza la entrada, sino que espera pacientemente a que le abramos la puerta de nuestro corazón y le permitamos entrar.

Es importante recordar que Jesús no solo está llamando a la puerta de la iglesia de Laodicea en ese momento, sino que también está llamando a la puerta de nuestros corazones en el día de hoy. Él está presente en nuestras vidas, esperando que le demos la bienvenida y le permitamos ser parte de todo lo que hacemos.

Cuando Jesús dice «Yo estoy a la puerta y llamo», nos está recordando su amor infinito y su deseo de estar cerca de nosotros. Él no está lejos, sino que está justo allí, llamando a nuestras vidas y esperando que le abramos la puerta.

Así como Jesús llama a la puerta de nuestra vida, también debemos recordar que nosotros tenemos la responsabilidad de escuchar su voz y abrirle la puerta. No podemos ignorar su llamado, sino que debemos responder con humildad y gratitud. Al abrirle la puerta de nuestro corazón, permitimos que Jesús entre y transforme nuestras vidas por completo.

¿Qué significa abrirle la puerta a Jesús? Significa permitirle ser el Señor de nuestras vidas, entregarle el control completo y confiar en su amor y en su guía. Significa que le permitimos influir en nuestras decisiones, pensamientos y acciones. Al abrirle la puerta a Jesús, le damos espacio para que obre en nosotros y nos lleve por caminos de bendición y salvación.

Queridos hermanos y hermanas, no dejemos que el ruido del mundo nos impida escuchar el llamado de Jesús. Abramos la puerta de nuestro corazón y permitamos que él entre y haga morada en nosotros. No hay mayor bendición que tener a Jesús como nuestro compañero de vida, cenando con él y siendo transformados por su amor.

No importa cuán lejos nos hayamos alejado de Dios o cuán difícil sea nuestra situación actual, Jesús está llamando a nuestra puerta con amor y misericordia. Él nunca se cansa de esperarnos y siempre está dispuesto a perdonar y restaurar. No importa cuán oscuro sea nuestro pasado, Jesús puede y quiere transformarlo en un futuro lleno de esperanza y propósito.

Hermanos y hermanas, escuchemos hoy el llamado de Jesús. Abramos la puerta de nuestro corazón y permitámosle entrar. Dejemos que su amor nos transforme y nos guíe en cada paso que damos. No hay mayor alegría que tener a Jesús como nuestro Señor y Salvador.

Cita Bíblica: «Yo estoy a la puerta y llamo» (Apocalipsis 3:20).

Que esta hermosa promesa nos inspire a abrirle la puerta a Jesús y permitirle ser el centro de nuestras vidas. Que su amor y su presencia nos llenen de gozo y nos guíen en todo momento.

En el nombre de Jesús, amén.